lunes, 15 de diciembre de 2008

La escalera de ida y vuelta


Y me miro en el espejo y no me encuentro. Sé que ese soy yo, lo sé, no me digas cómo, pero lo sé. Tiene que ser así, no hay otro aquí. Pero no soy yo, no...¡no puede ser!, es imposible que ese sea yo... ¿Qué pasó?...¿Por qué ya no soy yo?...¿Quién coño es ese que tiene la cara surcada de arrugas y el pelo blanco?...¿Por qué no puedo dejar de mirarlo?

¿Y por qué no para de llorar?...Dile que se calle de una puta vez, que airee sus penas en otro lugar, que se vaya al infinito y no pare de contar estrellas, que ponga la mente en blanco, que guarde sus recuerdos de dolor en el lugar más hondo del mundo, que camine aunque sea a trompicones... que tiene que vivir, que el tiempo pasa, que todo es relativo, que maricón el último...¡Díceselo, ya, ahora, en este instante, en este justo lugar!


¿Y por qué ahora ese tipo no para reír?...¡Fíjate como le brillan los ojos!...¡Joder, pero si está saltando de alegria!...¡Increíble, es capaz de captar el más mínimo movimiento del decorado en el que se mueve!....¡Anda, pero si da su todo a cualquiera que se le acerca!...¡ Sorpresa, se está comunicando con el tipo solitario de la esquina!...¿Qué ha tomado este tío para estar así?...¡Pregúntaselo ya, ahora, en este instante, en este justo lugar!

¡Maldita sea!...otra vez la misma historia. La escalera de ida y vuelta. Las súbidas y bajadas. El tocar el cielo y al instante, en un milisegundo,estar tirado en el suelo tapándose los ojos...¿Por qué?...dímelo tú, que me lees....¿Por qué tenemos elevarnos y descender a la vez?...¿Por qué no hay tiempo ni siquiera para disfrutar de aquello que está en la cima?...¿Por qué bajar cuando se está también en lo que soñamos, aunque no sea real?...¿Por qué la vida es así?


Y me miro al espejo y no me encuentro. Sé que ese soy yo, lo sé, no me digas cómo, pero lo sé. Tiene que ser así, no hay otro aquí.

Diciembre, 2008

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